Sinuhé, el egipcio – Mika Waltari

Titulo original: Sinuhe egyptiläinen
Autor: Mika Waltari
Publicación: Finlandia, 1945
Edición digitial: Epublibre.org

Desconcertante. Capaz de transportarnos de forma automática a un mundo catorce siglos antes del nacimiento de Cristo. Mika Waltari nos muestra la historia del ser humano como individuo que, no importando la época histórica en la cual se viva, parece seguir los mismos patrones una y otra vez. Una historia que atrapa e invita a una constante reflexión sobre nuestros actos y perspectivas en la vida.

Al contrario de otros libros este no llegó de forma planificada. Tras acabar el último texto no sabía exactamente qué libro elegir; sin embargo, esta forma de seleccionar siempre resulta una de las más emocionantes.

Jamás había escuchado de Mika Waltari ni de su obra, ni siquiera tenía idea que Sinhué, el egipcio tuviera una adaptación cinematográfica [The Egyptian, Dir.: Michel Crutiz, EE. UU., 1954]. Un estado ansiedad personal, qué me hacía preguntarme constantemente por el cómo podría ser mi futuro, transformaron a esta lectura en un ejemplo del por qué considero que son los libros quienes me eligen y no yo a ellos. Una historia que puede ser la historia de cualquier hombre en cualquier momento de la humanidad.

El autor ha realizado un magnífico trabajo de documentación histórica: el relato en primera persona junto a la exquisita descripción de paisajes y ciudades además de las costumbres de la época permiten al lector sentir de forma vívida el polvo en el desierto del Sinaí, el bullicio de los mercados tebanos, lo refrescante del agua del Nilo, la imponencia de los muros babilónicos y el olor de la sangre humana tras las batallas en Siria. La pluma de Waltari hace maravillas y cual máquina del tiempo nos lleva a las épocas de un Egipto potencia del mundo, bajo el reinado de Akenatón, el primer monoteísta de la Historia.

El protagonista de la novela es Sinuhé, un niño encontrado en una cesta a merced del río Nilo. Adoptado por un médico de pobres, aprende a leer y escribir para convertirse también en médico. Sus primeros cuestionamientos al orden teológico imperante junto a su ímpetu de juventud se contrastan con una autodestrucción experimentada tras vivir una enervante pasión hacia una mujer hermosa, avara y sin escrúpulos.

Solo acompañado por Kaptha, su tuerto y fiel esclavo, Sinhué se lanza a viajar por el mundo conocido: Siria, Babilionia, Creta y Hatti [país de los Hititas] le permiten ampliar sus conocimientos sobre medicina mientras comprende esas constantes que existen en la naturaleza de los seres humanos. Entiende que las motivaciones nacen muchas veces de la emotividad y que las ansias de una imaginaria supremacía convierten a la inteligencia y sagacidad en un mero un instrumento de las pasiones.

Tras su vuelta a Egipto, Sinuhé se transforma en el médico real y asume una actitud de incapacidad ante su destino. Las conspiraciones en el palacio real y los secretos de su vida lo enfrentan así mismo constantemente mientras experimenta de cerca las revueltas sociales por la implantación del monoteísmo y las guerras llevadas a cabo por su amigo, el general Horemheb.

El amor nunca consumado a lo largo de su vida y la inversión de papeles con Kaptha, liberado pero siempre fiel y agradecido con su antiguo dueño, lo llevan a ser un conformista con respecto a la naturaleza humana.

La fecha de publicación del libro [1945] nos brinda la coyuntura para un cabal entendimiento del texto. En el último año de la segunda guerra mundial las esperanzas de cambio en el ser humano y la posibilidad de una convivencia pacífica se veían alejados tras la constatación de que ni aún en tantos años de Historia la humanidad había dejado el horror de la guerra; sino, todo lo contrario, se preparaba para un periodo de hermetismo y temor constante.

Pero Waltari no resulta totalmente resignado. A lo largo de la lectura intenta llamar la atención de los individuos mostrándonos con claridad aquellos periodos o momentos exactos en los cuáles se puede cambiar la historia de cada uno y de los demás.

Sin duda el autor finés [Mika Waltari nació en Helsinki – 1908] nos hace odiar, encolerizar, reír, envidiar, llorar, tener piedad y alegrarnos de nosotros mismos. Porque Sinuhé, trepanador real de la corte del faraón, es nuestro espejo: somos nosotros o lo que podríamos llegar a ser.

LA CITA

«Pero no huí, porque era débil, y cuando un hombre es débil se deja llevar por los otros hasta el crimen antes que elegir por si mismo su camino. Prefiere incluso la muerte a romper la cuerda que lo liga, y creo que no soy el único en ser débil de esta manera.»
Libro Decimoquinto – Horemheb

Contexto: Sinhué se encuentra cumpliendo una misión encomendada por Horemheb y Ai, co regentes fácticos de Egipto. El médico real debía matar al príncipe de los hititas, quien iba a casarse con la hija del faraón convirtiéndose en heredero directo al trono de Tebas. Sinuhé se autoexamina. Sus manos, alguna vez dadoras de vida por medio de la medicina ahora tienen que dar muerte. El médico siente que es solo un instrumento de las ansias de poder de sus supuestos amigos. Incapaz de tomar una decisión por sí mismo, entiende que esa actitud lo ha llevado a perder casi todo lo que alguna vez amó.

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