El espía del Inca – Rafael Dumett

Monumental, intrigante, humana. Una magnífica obra, producto de un trabajo sin muchos precedentes en la literatura peruana. Rafael Dumett combinó de forma exitosa las novelas de espías y los relatos de la conquista del antiguo Perú en una narración que nos lleva por una montaña rusa de emociones hasta dejarnos extasiados.

img_20190428_0001_newPor: Jherson Rubén García Danós

En el Perú, la escuela acostumbra a mostrarnos una visión idílica del estado incaico. Una propuesta romántica de un paraíso andino de paz, amor y unión de todos los pueblos que jamás existió y que Dumett nos la describe de excelente manera en este libro ambientado en los tiempos de la captura de Atahualpa en Cajamarca.

Basado en las crónicas de los españoles, especialmente en la de Juan de Betanzos, el autor se permite imaginar una conspiración de algunos generales cuzqueños para liberar al Inca de su cautiverio. Una posibilidad que los castellanos señalaron como posible y que, en definitiva, provocó la decisión de condenar a muerte a la cabeza del señorío Inca.

Sin embargo, el libro no solo se centra en el fallido plan de liberación; sino, representa una excusa para conocer las formas de imposición y manejo político y cultural que tenían los antiguos quechuas con las otras culturas y naciones que estaban a su alrededor. Ese expansionismo feroz que fue tomado por cruel por muchos pueblos que se vieron obligadas a tributar forzosamente al Cuzco.

Junto al conflicto cultural, se representa el debate personal de los grupúsculos ambiciosos de poder y reconocimiento que, en todo sentido, luchan por estar en el lado victorioso de los sucesos. Algo que, por su idiosincrasia y categoría culturales, jamás ninguno logra, pues los castellanos, que tenían un pensamiento distinto, impusieron su entendida “superioridad” subvirtiendo la cosmovisión y relacionamiento propio de los pueblos andinos.

Es precisamente el protagonista de la novela quien personifica todos estos problemas. Nacido chanca, alejando a la fuerza de su familia para educarse en el Cuzco con un nombre falso, formado como espía y arma política a voluntad de su gobierno; Salango se enfrenta a un profunda discusión existencial en el medio de una situación que, sospecha, cambiará el mundo para siempre.

Adicionalmente, debemos destacar la estructura del relato en forma de quipu. Basado en el descubrimiento de un quipu gigante en una chullpa en Ayacucho y tomando como posible la hipótesis de que estos instrumentos hayan servido también como repositorios de memorias y relatos, el texto se nos muestra en forma de series de cuerdas, cuerdas principales y cuerdas secundarias.

Sin duda la gran novela histórica peruana de los último tiempos. Intriga, pasión, conflicto y personajes reales que se juntan a imaginarios para darnos una visión riquísima del última etapa del gran Estado Inca, en el momento de su estrepitoso debacle.

LA CITA

“El Inca está muerto y en el camino que da a la plaza en que murió las paredes de adobe de las residencias han sido derribadas. No hay rastro de la escalera de piedra que subía al Templo-Fortaleza que dominaba Cajamarca y que -puede verlos desde aquí abajo- yace ahora por tierra, destruido hasta los cimientos. […]

De pronto, advierte que en una esquina del cuadrilátero, oculta por una ruma de piedras, al lado de donde estaba el Tempo de la Serpiente, un pequeño edificio sigue en pie. Sorprende el escrúpulo con que han sido respetadas sus cuatro paredes y hasta la cantería de sus cimientos, que contrasta con la ferocidad destructora sin contemplaciones que lo rodea.

Es el Aposento principal del Inca. El cuarto en que Atahualpa decidía los turnos del mundo. En que contaba a los pintores quillicacamayos los cuadros de sus hazañas futuras para que los fueran pintando desde antes de que hubieran ocurrido. En que fingía estar recluido por su propia voluntad, conceder a los barbudos lo que se les antojaba, que se parecía demasiado a lo que ellos le pedían. En que tramaba sus orgías nocturnas con su concubina favorita, cuando ella aún no había sido profanada, y se consumía por no poder tocarla más, después que el manteño la cubrió. En que jugaba día y noche al juego de los Incas hermanos, creyendo que tenía fuerza premonitoria. En que ofrecía su nuca a su Recogedor de Restos cada dos atados de jornadas, y este trataba infructuosamente de convencerlo de que diera por fin su autorización para el ataque total de Cusi Yupanqui, que lo rescataría de las manos barbudas y acabaría con ellos.”

Decimoquinta serie de cuerdas – Presente. Cuarta cuerda: blanco entrelazado con negro, en Z. Cuerda secundaria: blanco entrelazado con negro, en Z.

Contexto: Tras el fallido intento de liberación, el espía del Inca vuelve desde Tomebamba hacia su pueblo natal en las regiones chancas. A su paso por Cajamarca, y luego de que los castellanos partieran rumbo al Cuzco, encuentra la ciudad arrasada por la fuerzas incaicas, en represalia por la colaboración de los lugareños con los barbudos.

Durante ese momento, el espía evoca el tiempo en que Atahualpa estuvo prisionero y los significó para él estar cerca en esos momentos. Además, se refiere la supervivencia del aposento del Inca, una realidad constatable hoy en la actual Cajamarca y que es conocido como el Cuarto del Rescate.

DATOS DE LA PUBLICACIÓN ORIGINAL

  • Título original: El espía del Inca
  • Autor: Rafael Dumett
  • Primera edición: Lima, mayo de 2018 [Lluvia Editores]

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