Harry Potter y el cáliz de fuego – J.K. Rowling

Y es en la cuarta entrega en la cual, Harry y sus amigos, comenzaron a sentir lo que era realmente enfrentar el mal de Voldemort en su verdadera dimensión.

Casi duplicando el número de páginas de su antecesora (en la versión en español), El cáliz de fuego representa un crecimiento vertiginoso en todos los aspectos. La saga deja atrás los relatos de niños para convertirse en uno más oscuro. No solo Harry, Ron y Hermione comienzan a hablar con palabrotas explícitas y comienzan a vivir lo que significa ser adolescentes (magos, pero adolescentes al fin); sino también, junto al resto de personajes, experimenta lo que significa la muerte: la primera muerte de esta serie de libros.

Por: Jherson R. García

Es imposible abrir este número de la saga de Harry Potter sin sentir el golpe del cambio. Desde la página uno, el lector comprende que la historia está tomando un rumbo distinto. Tomando algunos detalles que quedaron marcados en El prisionero de Azakaban, este número va a ahondar en tramas mucho más complejas. Ya no es solo Voldemort como único villano, sino la sensación de que el mal se expresa actos terribles, y que es compartido por un ejército de adeptos dispuestos a todo con tal de recuperar el poder que les fue arrebatado.

Si bien en anteriores libros ya se había tocado un poco del pasado entre los familiares de Harry, en esta entrega se puede conocer los efectos de aquel conflicto en toda la comunidad de magos de Inglaterra. Se comprende aún más el impacto que significó tener a un grupo de personas decididas a todo, incluso matar, con tal de hacer valer sus propias ideas. El drama de los Crouch o algunas trazos del pasado de Ludo Bagman se nos presentan como aquel contexto que, lejos de los personajes principales, nos permite comprender, junto a Harry y compañía, a qué nivel de maldad y perfidia se enfrentan.

No es de negar las complejidades argumentales que propone Rowling, que, aunque no llegan al nivel del giratiempo, dejan el sinsabor de que mejores explicaciones pudieron ser trabajadas en algunos puntos clave. Por ejemplo, la justificación del ingreso de Harry al torneo o la forma en la que se revela al espía de Voldemort son quizá los aspectos más bajos de la novela, aunque contrastan con otros arcos que sí tienen un desarrollo interesante: la crecimiento de Dumbledore como el único que podía enfrentar a Voldemort y los planes de contención ya diseñados por él ante un eventual regreso del señor oscuro resultan sumamente destacados, a la vez que se consolida como la figura paterna que el protagonista tanto añora.

A ello, no podemos dejar de mencionar lo gracioso de las anécdotas vinculadas las atracciones por el sexo opuesto que comienzan a experimentar tanto Harry, Ron y Hermione. Esta historia es una combinación de novela adolescente con una de espías que funciona bastante bien. Aunque algunos lo critiquen, es imposible pensar que un grupo de adolescentes, viviendo en un internado mixto, no van a experimentar estas cosas aun cuando el mundo se esté destruyendo a sus espaldas.

Claramente, Rowling también realiza en el libro una crítica ácida a la labor y métodos que puede llegar a utilizar la prensa cuando se quiere ser sensacionalista, así como la inutilidad del aparato político de un Estado para enfrentar algo que no les resulta conveniente. Aquello son ideas que recorren la esencia de las acciones que acaecen y conflictúan esta novela.

No debemos dejar de mencionar la amplitud que experimenta el universo mágico en esta entrega. Ya no solo es Privet Drive, la madriguera u Hogwarts… En El cáliz de fuego comenzamos a ver mucho más de como funciona este mundo: desde estadios de quidditch hasta los entramados lentos y burocráticos que tiene el Ministerio de Magia (como cualquier entidad pública) expanden aún más la comprensión que se tiene sobre el universo creado por Rowling, en metáfora con el mundo real.

Siguiendo la línea de su antecesora, esta entrega deja el final abierto hacia una siguiente entrega, dejando al lector con la esperanza de que sea con la misma o mayor intensidad.

La cita

«Crouch empleó la violencia contra la violencia, y autorizó el uso de las maldiciones imperdonables contra los sospechosos. Diría que llegó a ser tan cruel y despiadado como los que estaban en el lado tenebroso. Tenía sus partidarios, por supuesto: mucha gente que pensaban que aquel era el mejor modo de hacer las cosas, y muchos magos y brujas pedían que asumiera el poder como nuevo ministro de Magia».

27. El regreso de Canuto

Contexto: Sirus Black vuelve para encontrarse con Harry y sus amigos y les cuenta el drama del señor Crouch: Un funcionario del Ministerio que empleó tanta violencia para acabar con los aliados de Voldemort, como la que ellos usaban en sus actos de terror. En ese drama, los tres protagonistas comienzan a entender todos los efectos que trajo la guerra contra los mortífagos y como afectó a la comunidad de magos hasta en su más profunda intimidad.

Datos sobre el libro

  • Nombre original: Harry Potter and the Goblet of Fire
  • Autora: J.K. Rowling (Reino Unido)
  • Año de publicación original: 2000
  • Traducción al español: Adolfo Muñoz García y Nieves Martín Azofra

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