Narración

El amor en los tiempos del cólera – Gabriel García Márquez

A orillas del río Magdalena, en el Caribe colombiano, entre el bochinche, el calor soporífero y las oleadas del cólera; una de las más grandes e impactantes historias de amor del mundo cobra lugar. A través de las vidas de Florentino Ariza y Fermina Daza se transita toda la ansiedad, efervescencia, ebullición, ternura, tristeza, lamento, paciencia y fuerza que tiene el amor en un ser humano real. Cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches que, constreñidos en un libro, enseña más del amor que todos los manuales y estudios que existen sobre el tema.

En la pluma de García Márquez se gesta un relato que alcanza la altura de mito. La destreza del nobel colombiano expresando en aquel realismo mágico de la literatura hispanoamericana que seduce como un selva amazónica, y que conecta con los deseos y la curiosidad más enraizada del pensamiento: el éxtasis de una lectura.

Por. Jherson R. García

Es poco lo que se puede agregar a García Márquez y el hermoso canto al amor que representa esta novela. No solo el amor pasional de la juventud, sino el razonado y maduro de la ancianidad. La historia de Florentino y Fermina es el viaje del amor en la vida de personas reales, desde el desbocado apasionamiento adolescente hasta la mirada crepuscular en una vejez que pugna por ser sensata. En las páginas de este relato, no solo está expresado el simplismo de un beso, una caricia o una noche de pasión; sino que se encuentra detallada la complejidad misma de la vida, de aquellos impulsos justificados e injustificados que nos arrojan a tomar decisiones, mientras damos vueltas y contra vueltas que nos son imposibles de evitar.

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Generación Cochebomba – Martín Roldán Ruiz

En una Lima siempre violenta, los finales de los 80 e inicios de los 90 representan una de las épocas más penosas y torcidas. Una ciudad que recibía el desarrollo impetuoso de las nuevas zonas populares, y que, a su vez, se encontraba amenazada por una violenta guerra desatada contra ella. Una ciudad de animadversiones contra sus propios habitantes. Y, entre ellos, de forma muy especial, contra los jóvenes que buscaban un camino hacia algo que pudieran llamar vida.

Roldán Ruiz ha detallado una historia que refleja el sentir de una generación hastiada de una situación cruel contra sí misma. Una realidad amenazante, asfixiante y atosigaste para cualquier joven con algún tipo de proyección. Una generación atrapada entre vendedores callejeros, conciertos liberadores de rock subterráneo y la constante explosión de cochebombas que creían anticipar el fin de un sistema de gobierno.

Por: Jherson R. García

Si hoy en el Perú pareciera ser un intento de país; entre las décadas de 1980 y 1990, que el país pudiera considerarse como tal era casi un milagro. De esta situación, la joya de su propia corona de latón y chatarra estaba en Lima, su capital. Entre el desorden de una ciudad incapaz de organizar su propio desarrollo, y con la amenaza constante de ser tomada por las huestes terroristas de Sendero Luminoso, Lima era partera y verdugo de los sueños, proyectos y deseos de cientos de jóvenes que iban y venían por las calles de una urbe siempre dispuesta a aplastar cualquier intento de hacer las cosas bien.

En el corazón de esta Lima, Adrián R. y sus amigos, amantes del rock subterráneo, encuentran en los conciertos nocturnos y el uso indiscriminado de drogas un escape fugaz pero constante de esta realidad tirana. Las amanecidas en cualquier corralón, escuchando las estridencias de un ritmo que les permite desfogar sus frustraciones, o en algún cuartucho de la Ciudad de los Reyes, con algunas líneas de coca cerca de la nariz, los llamados a ser el futuro inmediato del país observan cómo no existe oportunidad alguna para ellos. Ni para estudiar, ni para trabajar, ni para servir… Su visión de la vida cae en el desasosiego total. Ya no hace falta que alguien les diga que no sirven para nada: ellos mismos parecen aceptar que no existe nada que valga la pena intentar, ni capacidad en ellos para lograrlo.

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Harry Potter y la piedra filosofal – J. K. Rowling

En una de las calles típicas de Londres, bajo las escaleras de la casa de sus aborrecibles tíos, un huérfano descubrirá que es el mago más famoso del mundo. Una realidad que trascenderá las páginas de sus libros y se convertirá en realidad. Un cuento que se transformó en una de las referencias ineludibles de la cultura del los años 2000.

A pesar de los rechazos iniciales, J.K. Rowling persistió en la idea de un mundo mágico que convive en paralelo con el mundo real (no mágico), permitiendo que la imaginación de cientos de niños y adolescentes disfruten imaginando que la magia existe, tan cerca como es posible. Tan cerca que puede ser real.

Por: Jherson R. García

Lo primero que uno puede notar cuando lee el primero de los libros de Harry Potter es el tono superinfantil en el que está escrito. A estas alturas, habiendo visto las películas y entender cuál será el final de la saga, uno se asombra de notar el estilo, diálogos y ritmo tan elemental que tiene la historia. No es que uno la rechace por ello; por el contario, uno se ve atraído a continuar con cada uno de sus capítulos. Pero, justamente por ello, resulta grato como un cuento de niños puede sembrar las semilla de la curiosidad y rescatar valores tan apreciables que nos permiten disfrutar la lectura y pedir más.

Evidentemente, existe una idea manida como inicio de la historia, un inicio que es tan sencillo y hasta ingenuo que, en opinión mía, arrastrará un basamento muy débil en las siguientes entregas. Cuál cuento clásico, Harry es un niño huérfano que vive en la casa de sus desalmados tíos, su única familia. Tan malvados son sus tíos que lo obligan a vivir en el agujero bajo la escalera, usar ropas andrajosas, obligarlo a cocinar (¡con tan solo 10 años!) y nunca celebrarle un cumpleaños. Para encontrar a alguien que pueda vivir peor que el pequeño Potter habría que buscar entre las princesas de Disney de los años 40.

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Expiación – Ian McEwan

La mente y el ego de una niña que, en su intención de razonar como adulta, confunde una situación y causa una desgracia en su propia familia. El ego creciente de una personalidad que insiste en afirmarse como madura, a partir de una conclusión propia y que, al intentar imponerla, trae tormento y drama a más de un ser querido.

Compleja en su primera parte, la novela de McEwan se va explicando a sí misma a lo largo de la narración. Tal cual el título del libro, el texto nos muestra una expiación tanto de la protagonista como del mismo relato, al punto de que los embrollos expresados en sus primeras páginas terminan encontrando una lógica dramática en los capítulos que les suceden.

Por: Jherson R. García

En los albores de la Segunda Guerra Mundial, Briony Tallis, la hija menor de una familia inglesa de clase alta, insiste en sentirse una mujer adulta a sus trece años. Con base únicamente en el gusto por la lectura y su vocación de escritora, y a partir de sus propias deducciones y razonamientos para comprender y crear personajes en sus obras teatrales (un simple juego para el resto de su familia), se autoconsidera madura para entender las relaciones entre los seres humanos y así determinar sus comportamientos y prever sus acciones. Por ello, califica a los demás de una manera muy fácil y resolutiva, sin pensar en las consecuencias que ello puede provocar.

Es a partir de esto que se comienza a tejer el drama familiar que los Tallis vivirán cuando Briony, no solo confunda una situación románica y pasional con un intento criminal; sino también, lo extrapole a un crimen real, provocando la división completa de la familia a partir de su insistencia al señalar que su visión de lo acontecido era una verdad inexcusable. La menor de los Tallis no solo mandará a prisión a Robbie Turner, un amigo (casi hermano) de la familia; sino que producirá que Cecilia, su hermana, enamorada de Turner, decida romper relaciones con su núcleo familiar al darse cuenta de que era la única que tomaba el relato de Briony como un imposible.

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