Clásicos

La tregua – Mario Benedetti

¿Cuándo la rutina de la vida se impone?, ¿cuándo el pasar de los días se vuelve rutinario, estático y repetitivo?, ¿en qué momento llega esa tranquilidad tan buscada que, sorpresivamente, se transforma en un recurrente y predecible círculo de actividades? ¿Es ello la felicidad de una persona?, ¿para eso uno vive?, ¿para eso uno se esfuerza? Para que finalmente esperemos que ya nada nos estorbe ni moleste… ni nos sorprenda. ¿Y qué pasa cuando una fuerza externa nos golpea y nos cambia por completo?

Benedetti explora la vida de una hombre maduro, viudo y cercano al retiro laboral que piensa únicamente en su descanso definitivo del trabajo. El pasar de los días lo hacen añorar aquel momento de liberarse de aquellas responsabilidad y, aunque es incapaz de ver más allá, solo espera que dicho reposo sin fin lo conduzca hacia una nueva vida. Pero, ¿esa la vida que quiere? La irrupción de nueva y joven asistente le dará una tregua a ese universo pesimista, ofreciéndole un visión de los que es realmente la vida.

Por Jherson Rubén García Danós

Escrita en forma de diario, la historia de Martín Santomé, un contador en una empresa privada, se transforma en un cuaderno filosófico sobre lo que significa la vida y la felicidad. A través de sus páginas, el protagonista anota experiencias y emociones en torno a la vida que le ha tocado vivir: una viudez prematura, tres hijos adultos (uno de ellos homosexual) y la, cada vez más cercana, fecha de su retiro laboral. Santomé no entiende muy bien por qué está tan emocionado con aquel día. Únicamente cree que es que inicio de una nueva etapa en su vida y que añora disfrutar cuanto antes, aunque sin entender cómo.

Santomé no es una luminaria o un ser especial, no se siente así, ni busca serlo. No es un renegado de la vida y, aunque reconoce sus errores, no tiene autocomplacencia con respecto a ellos. Sus hijos son el reflejo de su existencia. Buenos y trabajadores, pero con defectos propios de la ausencia de una madre y la falta de tino, aunque no de maldad, de parte del padre. En sus tres vástagos, el protagonista encuentra lo mejor y lo peor de él: el idealismo juvenil, el pragmatismo laboral, la sensación de vacío constante. Una situación que cambiará con la llegada de Laura Avellaneda, una joven asistente que trastornará su mundo.

(más…)

Un mundo para Julius – Alfredo Bryce Echenique

Un relato que resulta casi una ensoñación. Un niño peruano de mediados del siglo XX descubre el mundo que lo rodea. El clasismo, racismo, frivolidad e incomprensión de una sociedad que parece incapaz de crear vínculos reales y auténticos entre sí.

Julius es un prospecto de hombre en busca una explicación sobre aquello que vive. Cargando una mochila de preguntas con respuestas mayormente esquivas, intenta comprender el mundo a la vez de sobrevivir y encajar en aquella burbuja de comodidades y automatismos, mientras comienza a descubrir aquellas grietas que le descubren de a pocos la realidad.

Por: Jherson Rubén García Danós

Durante la primera mitad del siglo XX en el Perú (así como otros países de la región) se marcaba quizá un momento de gran diferencia de clases. Las grandes familias de las ciudades más importantes (Lima, en el caso del Perú) vivían en una burbuja impenetrable que los hacía mirar únicamente hacia Europa y los Estados Unidos, antes que a su propia realidad circundante. Los otros, los que no tenían, los que trabajaban para ellos, los que vivían en los arrabales o invasiones, eran eso: los otros; y como otros, solo eran parte necesaria del paisaje diario de sus vidas: la cocinera con los platillos a la hora del almuerzo, el chofer siempre listo a prender el auto o la lavandera únicamente con las camisas blancas a la hora de salir. ¿Si eran más que eso o no? Era una duda que nadie tendría por qué aclarar.

(más…)

Veinte mil leguas de viaje submarino – Julio Verne

Los océanos ocupan 361 000 000 kilómetros cuadrados de la Tierra ocupando casi el 70% del planeta. Se divide convencionalmente en cinco regiones: el Atlántico, el Pacífico, el Índico, el Ártico y el Antártico. A pesar de estar tan cerca, conocemos más de la luna y algunos planetas cercanos que de las profundidades del mar. Con profundidades de hasta casi 11 kilómetros, ¿imaginan un viaje para llegar a los rincones más desconocidos de este hábitat?

Julio Verne lo imagino y en 1869 publicó una de sus más famosas novelas, que combinan ciencia y literatura. A bordo del Nautilus, el capitán Nemo nos lleva a recorrer los vastos mares del mundo, descubriendo sus secretos y maravillándonos con su visión de la vida.

Por Jherson Rubén García Danós

La historia del profesor Pierre Annorax comienza en un puerto de Nueva York. Incluido como tripulación del Abraham Lincoln, parte en busca de la captura de un supuesto monstruo marino que está aterrorizando el imaginario de las costas americanas y europeas. Annorax cree que es un cetáceo de características peculiares, pero tras su encuentro con el supuesto animal, da con una maravilla de la ingeniería humana: un submarino de enormes proporciones, con gigantescos e ingeniosos recursos, comandado por un misterioso capitán. De acento inclasificable y profundamente atemorizante, el capitán Nemo le señala a nuestro biólogo francés que ni él, ni su criado Conseil, ni tampoco el arponero Ned Land, podrán salir del Nautilus. Comienza así las veinte mil leguas de este viaje submarino.

Resulta realmente fascinante observar la imaginación de Verne al momento de escribir el libro. Son tan vívidas las descripciones que uno puede realmente sentirse transportado al mítico artilugio y observar a través de sus ventanas las peculiaridades de la flora y fauna de los fondos del mar. Incluso, nos sentimos en la capacidad percibir en carne propia las caminatas que se hacen por los diversas profundidades del océano. Los mares de coral en el Pacífico, los campos de perlas del Índico o las ruinas de la mítica Atlántida. Todo se puede sentir tan cercano, que uno supondría a Verne hubiera sido un oceanógrafo y buzo consagrado (que jamás lo fue). Tomando en cuenta que el submarino se inventó en 1890, y Verne murió en 1905, es incomparable el ejercicio de imaginación que prolífico autor francés aplicó para lograr detallar cada página de esta obra.

(más…)

Fahrenheit 451 – Ray Bradbury

¿Quién propone quemar un libro? ¿Quién se aventura en solicitar que un texto sea consumido hasta desaparecer? ¿Quién es capaz de solicitar tan efervescentemente la destrucción del conocimiento?

En toda época de la humanidad, en todo momento, en todo lugar, siempre alguien ha pedido que se quemen, que se expectoren, que se reduzcan a cenizas todo aquello que no soporta sus propias opiniones.

Quemar libros es uno de los síntomas más elocuentes de una sociedad intolerante, de una comunidad o un país camino a la pérdida de su libertad. Veamos que planteada Bradbury en su más famosa distopía.

Por Jherson Rubén García Danós

A los 451 grados Fahrenheit el papel hace combustión y desaparece en suaves láminas negras, tan endebles como pequeñas. El papel, blanco y adornado de tipografías vivaces se pierden ante las fauces de un rojo fuego infernal. Aquella bondad que Prometeo robó a los dioses para darle esperanza a los hombres, se convierte en el arma preferida para secuestrarles su libertad. En los Estados Unidos distópico de Ray Bradbury, no solo se queman libros, sino que existen profesionales para hacerlo.

Guy Montag es un bombero (sí, un bombero) responsable de la quema de libros en una sociedad futurista concentrada en eliminar todos aquellos estímulos que permitan que sus miembros actúen o piensen diferente. Estos bomberos no solo se concentran en el acto de quemar libros, sino que investigan, buscan, desmantelan y arrasan con toda aquella construcción que se atreva siquiera a conservarlos. Las obras más famosas son perseguidas como si de plagas se trataran y nuestros otrora héroes son ahora los fumigadores de ese mal que llaman conocimiento.

(más…)