Los pilares de la tierra – Ken Follet

Una novela polifónica de amplísimo espectro. Sobre un escenario histórico real, Follet propone una acción ficticia que abarca el derrotero de varias vidas. En la Kingsbridge inventada, se transmite la realidad de lo que fue el Siglo XII inglés, dominado por la ambición, la violencia, el desasosiego, la lucha por el poder, pero también la humanidad, el amor y confianza en algún futuro mejor.

Desde el inicial drama de Tom Builder hasta la sensación de justicia en el final, la cautivante pluma de Follet nos lleva por un maremágnum de emociones que, centrados en la construcción de catedral, te impulsa a continuar y seguir con la lectura. Como esos clásicos betseller que no se puede dejar de leer un segundo, vamos junto a Tom, Jack y su familia en la construcción de una de las aventuras más fastuosas que uno es capaz de imaginar.

Por Jherson R. García

Este es de aquellos libros que, al principio, un lector siente como uno más de los que trabaja sobre la ficción histórica. No lo rechaza, pero tampoco siente que sea especialmente impactante en sus primeras páginas. Una ambientación sucinta, junto a la muy clara presentación de personajes, dan pie al supuesto conflicto principal de la obra; pero, poco a poco, se va develando un esfuerzo titánico por explicar el comportamiento humano en sus más disímiles escenarios.

Los inicios de la Baja Edad Media es un escenario tan bucólico como brutal para colocar los conflictos económicos y sociales de la época, y cómo estos afectan a todas las personas hasta los planos más íntimos de su personalidad. En las páginas del libro, uno toma comprensión de la forma en la cual los cambios sociales y la realidad circundante condiciona las perspectivas de hombres y mujeres que, a pesar de ser atados estos contextos, luchan por crear nuevas condiciones para el futuro inmediato. En Los pilares de la tierra, Follet no ha creado solo una excitante historia, sino que ha realizado una metáfora de la historia misma de los hombres y mujeres en el mundo.

Como se ha señalado, la novela no presenta un solo personaje principal. Son más de uno los protagonistas de esta historia. Un constructor soñador siempre en crisis (que, en aquellas épocas, significaba estar siempre a punto de morir); un huérfano de padre con habilidades fuera de lo común que luego se transforma en un hombre tan extraño como deslumbrante; la hija de un conde que cae en la más profunda de las desgracias producto de la violencia física y psicológica del sistema social que la rodea; un religioso que trata de buscar una explicación del mundo y una visión de su cometido en el mismo; y, un desalmado noble local tan ambicioso como estúpido, despreciable y cruel con todo lo que lo rodea. Todos estos personajes cruzan una y otra vez sus vidas, dejando espacios en los que unos u otros toman en el punto central de la historia, brindándole a la novela un perfil de narración total, abarcando todos y cada uno de los aspectos que son parte de la misma. Como lector, uno queda extasiado de tener, en la práctica, todos los puntos de vista es posible son los hechos narrados. De esta manera, la comprensión sobre la humanidad y sus afectos, tan nobles como despreciables, quedan desnudos a nuestra más absoluta contemplación.

Otro de los puntos sobresalientes en la narración de Follet es lo directo que resulta con la presentación de sus personajes. Uno siente apego o rechazo inmediato por aquellos que son presentados a lo largo del texto. No existen personajes grises en este libro. En apenas unas pocas líneas, uno sabe a qué bando pertenecen. Evidentemente, eso puede hacer perder cierta sorpresa al lector, pero ello es compensando con la suprema cantidad de acciones que se realizan. Así como uno siente fácilmente un odio visceral hacia William Hamleigh, o manifiesta una rápida confianza en el prior Philip de Kingsbridge, también nos resulta posible abrumarnos, y hasta preocuparnos, cuando el texto nos presenta una nueva maldad del primero o un nuevo esfuerzo por parte del segundo. La falta de suspenso en las revelaciones de quién es bueno o malo en la historia, se compensan con el ritmo casi inacabable de acciones y sucesos que, como en la vida real, parecen no tener un fin determinado. En otras palabras, todos sabemos quiénes son los protagonistas, lo que no sabemos es cuál será su final definitivo.

Otra de las características resaltantes del libro es el enorme conocimiento del autor sobre la arquitectura de catedrales e iglesias en la Europa medieval. Claro está que no resulta necesario conocer nombres de las secciones arquitectónicas de un recinto religioso para seguir la lectura, pero un acompañamiento con alguna imagen o plano de las secciones generales de una catedral le dan al lector una mejor experiencia. Este compilado de denominaciones y referencias no solo aporta una gran información referencial que resulta icónica para la historia; sino que, permite entender el real valor, a nivel de significado, que tenían estas construcciones para las personas de su época y, de esta forma, comprender aún más su forma de pensar.

Realmente uno queda extasiado con tanta información presentada, pero a la vez agradecido de la forma en la que la novela termina siendo narrada. Una novela que goza de tener el primer lugar en las listas personales de muchos lectores y que, al ser revisada, uno puede comprender sin lugar a dudas el porqué. Con una pretensión de totalidad que cumple, y con tintes de novela policiaca en un ambiente histórico real, el libro nos enfrenta a las diversas visiones, ambiciones y miedos de personajes tan diversos como fascinantes, dignos representantes de lo bueno y malo de la humanidad.

La cita

«Dios me ayudó a conseguir todo eso, se dijo; no puedo creer que su designio sea que quede en nada.»

Sexta parte 11170 – 1174. Capítulo XVII

Contexto: Ya en la última parte del libro, que también representa los últimos años de su vida, el prior Philip debe volver a enfrentar una nueva amenaza a su proyecto de construir la catedral de Kingsbridge y de tener una comunidad circundante en la que prime la paz. Aterrado como está, esta misma frase también resulta motivadora para enfrentar esta nueva amenaza, sentirse en la parte correcta de la historia.

Datos de libros

  • Título original: The Pillars of the Earth
  • Título en español: Los pilares de la tierra
  • Autor: Ken Follet (Gales, Reino Unido)
  • Año de publicación original: 1989
  • Año de publicación en español: 1989
  • Traducción: Rosalía Vásquez

Enlaces del libro

Deja un comentario