Exuberante, críptica y magistral. Vargas Llosa hizo gala de todos los recursos narrativos en una novela que parece un rompecabezas. Un texto que solo alcanza su sentido al culminar su lectura. Cada capítulo, cada párrafo y hasta cada línea entremezcla los fragmentos de una historia que solo se completa en la mente de cada uno sus lectores.
Por: Jherson Rubén García Danós

¿Cuál es el secreto que encierra la Casa Verde?, es la pregunta que aparece en la contraportada de la edición de Alfaguara. Su respuesta está en todo el conjunto textual, y mientras se va repasando cada página la pregunta va a acrecentando su significado. ¿Qué es La casa verde? ¿El antiguo burdel de Anselmo?, ¿el nuevo bulín de la Chunga?, ¿la amazonía que envuelve a Santa María de Nieva?, ¿la casa de Lalita?, ¿la vida entera de La selvática? La respuesta: lo es todo.
Lituma y Bonifacia (La selvática) son los que interconectan y dan sentido a la historia. Un drama que repasa las miserias de los hombres y mujeres de los barrios pobres de una Piura en crecimiento y la inaccesibilidad de un poblado como Santa María de Nieva, en la época de gloria del caucho, atrapado en inmensidad la selva peruana.
Es innumerable la cantidad de personajes que hacen su aparición en el texto, ya sea como protagonistas de ciertos pasajes o como referidos en otros. Cada uno de ellos cumple una función dentro de la historia. Sus vidas, moldeadas por la apatía y condena autoimpuesta, los empujan a ser una especie de víctimas de ideas preconcebidas que, cuando se quiebran, solo provocan una desolación que los hunde cada vez más hasta que, otra vez, la resignación los regresa hacia sus propias miserias en forma un círculo vicioso descendente del que no pueden salir.
La selvática es una de las pocas que tiene los impulsos de liberarse de su mundo. Sin embargo, atrapada entre su orfandad, ignorancia y un contexto social de opresión y machismo, nunca encuentra el cómo. Sus sueños e ideas chocan constantemente con la realidad circundante y todos, salvo Lalita o la Chunga, terminan aprovechándose de su situación y ella aceptando esta condición como parte de su vida.
En el otro extremo, Lituma es un medio hombre, incapaz de contener sus impulsos de forma eficiente. Escudado en una hombría cavernaria, rumia su propia condición de fracasado. Se condena a vivir en la misma pobreza (mental, antes que material) con la que salió de su barrio de la Mangachería en Piura y a la retorna a pesar de todos los años fuera. Hay que destacar que Lituma es el personaje más recurrente en la obra del Nobel peruano.
Sometimiento, odio, amor, violencia, compasión, racismo, solidaridad, intolerancia, arrepentimiento… en fin, humano. Es aquello en lo que termina resultando La Casa Verde. Una historia de historias que solo se completa en el punto final de su última línea.
LA CITA
“A pocas semanas de regresar a Piura don Anselmo con la caravana de las habitantas, la Casa Verde había impuesto su dominio. Al principio, sus visitantes salían de la ciudad a ocultas; esperaban la oscuridad, discretamente cruzaban el Viejo Puente y se sumergían en el arenal. Luego, las incursiones aumentaron y los jóvenes, cada vez más imprudentes, ya no les importó ser reconocidos por las señoras apostadas tras las celosías del Malecón. En ranchos y salones, en las haciendas, no se hablaba de otra cosa. Los púlpitos multiplicaban advertencias y exhortos, el padre García estigmatizaba la licencia con citas bíblicas. Un Comité de Obras Pías y Buenas Costumbres fue creado y las damas que lo componían visitaron al prefecto y al alcalde. las autoridades asentían, cabizbajas: cierto, ellas tenían razón, la Casa Verde era una afrenta a Piura, pero ¿qué hacer? Las leyes dictadas en esa podrida capital que es Lima amparaban a don Anselmo, la existencia de la Casa Verde no contradecía la Constitución ni era penada por el Código.”
IV. Capítulo Uno.
Contexto: La leyenda de la primera Casa Verde y la figura mítica de Anselmo no solo es la edificación que da título al libro; sino, es la piedra de toque en donde la historia nace en sí misma como un todo. En contraposición, el final solo se llegará a ver en la nueva Casa Verde.
DATOS DE LA PUBLICACIÓN ORIGINAL
- Título: La Casa Verde
- Autor: Mario Vargas Llosa (Perú)
- Publicación: 1966, Seix Barral
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